En una familia de tejedoras, costureras y aficionadas a las labores nunca destaqué por mis habilidades en estas materias. Era una niña traviesa y nerviosa, y no tenía paciencia para tejer una chaqueta a mis muñecas o coser un vestido, así que prefería anudar una tela rodeando a Barbie para crear mis mejores diseños y “tomar prestadas” las prendas que mi hermana mayor hacía.
Algunos años más tarde, me llamaron la atención unos complementos realizados con fieltro que vi en una feria de artesanía, y pensé: “esto puedo hacerlo yo”.
Y quizás no fuese una niña mañosa, pero la tozudez y la constancia me acompañaron desde bien pequeña, así que me puse manos a la obra y cree mi primera “pequeña obra de arte”, un broche en forma de mariposa, que regalé a un familiar muy especial para mí.
Las creaciones tuvieron muy buena acogida entre mis familiares y amigos, y comenzaron los “encargos”. Así, fui realizando broches, collares, pendientes, pulseras, camisetas…que regalaba desinteresadamente, solo por la satisfacción de crear y de ver como mis seres queridos mostraban orgullosos los complementos que yo había confeccionado.
En algún momento, la idea de crear un blog me rondó por la cabeza: poseía los conocimientos necesarios para hacerlo, y sería la plataforma ideal para hablar de mis creaciones y compartirlas con todo el mundo, además tenía hasta nombre para mi marca “Ana Lanas”, que es como me llamaban cariñosamente mis compañeros de trabajo, conocedores de mi afición por las labores.
Elige un trabajo que ames y no tendrás que trabajar un días más en tu vida.
El denominador común para el éxito es el trabajo.
Intenta lo imposible con el fin de mejorar tu trabajo.
Cuando te encanta lo que haces el trabajo pasa a ser un placer.
En nuestro caso cada día supone un nuevo reto que estámos dispuestos a superar.